domingo, 21 de octubre de 2012

Valoración: La batalla de Calth




El señor de la guerra Horus a mandado a una operación contra los orcos, a la mayor de las legiones del Emperador, los Ultramarines. Pero no estarán solos, pues los portadores de la palabra serán sus aliados en esta empresa que los Ultramarines ven como una exhibición de poder por parte del señor de la guerra y como una oportunidad para cerrar viejas rencillas con sus hermanos de batalla.

La batalla de Calth nos ofrece un relato muy épico y brutal del enfrentamiento entre las hordas traidoras de los Portadores de la Palabra y los rectos y disciplinados Ultramarines.

En si, no nos avanza gran cosa en la trama principal  aunque si bien es cierto, es uno de los episodios más importantes de la Herejía donde se nos muestra hasta ahora la poco narrada (respecto a la saga de libros de la herejía) Legión de Ultramarines.

Respecto a este punto, poco se cuenta de los hijos de Ultramar, salvo que son la legión más grande con 22 capítulos, cada uno de ellos con diez compañías y cada compañía con 1000 marines, resumiendo que los números de la Legión llegan a la asombrosa cifra de DOSCIENTOS VEINTE MIL astartes, una Legión muy a tener en cuenta, capaz de cambiar el curso de la guerra . A demás de esto, los Ultramarines poseen una capacidad estratégica innata y el mayor genio militar del Imperio junto con Horus y el Emperador amado por todos. Pero poco más, ni se narra nada de la vida de Guilliam en modo pretérito, ni se cuenta nada de los supuestos aumentos de efectivos gracias a las teorías que hablan de la desaparición de las dos Legiones misteriosas.

Si bien es cierto y me resulta altamente triste que en Codex no quede reflejado, los Ultramarines tienen una capacidad de combate y estratégica, casi inigualable. No tienen las grandes cualidades de lucha de los devoradores o los lobos, ni los poderes de los mil hijos, ni capacidad de asedio o fortaleza de los guerreros de hierro, por citar algunos, pero tienen un espíritu estratégico innato. Su capacidad de estudio del adversario es letal, y donde otros organizarían una brutal carga, los Ultramarines organizarían un asalto definitivo y con la menor cantidad de bajas, donde otros organizarían una lucha a muerte y desesperada, los Ultramarines se reorganizarían y lanzarían un contraataque coordinado.

Esto es lo que más me ha llamado la atención de la Legión, su escrupulosa estructura de mando, y su capacidad para la autonomía de los oficiales de mayor o menor rango en caso de faltar esta. Eso significa en Calth, que donde la mayoría de las legiones lucharían a muerte como en Itsvan, los Ultramarines superarían el sock se reagruparían y contraatacarían,  huyendo en caso de saber que la victoria es imposible, pero quemando el último cartucho en caso de saber que existe alguna oportunidad de victoria.

Los Ultramarines tienen todas esas capacidades de combate y estrategia, pero son vulnerables en un punto, su confianza hacia sus hermanos y será en ese punto a través de la traición despiadada donde los Portadores asestarán un golpe mortal al corazón de la Legión. El error de los portadores, es subestimar a los hijos de Ultramar, pues en su absoluta confianza en poder acabar con la Legión de un solo golpe, está su fallo, no tienen en cuenta la capacidad de respuesta de los Ultramarines que creen nula.
No olvidemos una cosa, Horus es un estratega con mayúsculas y por eso sabe como puede neutralizar a los Ultramarines y cuál es el punto flaco de estos para asegurarse la victoria contra ellos. Después de todo, tal vez si conozcan el miedo.

Me llama la atención la moralidad de los Portadores, totalmente pervertida y acabada. Cuando llevas una vida de servicio y aquello que fundamenta las acciones de tu vida y esta en si misma, descubres que no es más que mentira, todo se derrumba y solo queda una cosa importante, conseguir tus propias metas de poder. Esto lleva a los portadores a un desprecio absoluto a sus antiguos valores puesto que todos estos no son más que adornos para enmascarar una vida absurda de mentiras en una de honor y sentido. Rotos estos votos, nada te ata, nada más que la capacidad de obtener lo que antes se te negaba, un poder ilimitado.

Resumiendo, la novela es muy épica y trepidante, sabes que todo está a punto del colapso y solo la intervención de los héroes de la Legión y su capacidad de saber hacer lo que hay que hacer puede salvarla de la devastación de los Portadores. Dan ganas de hacerse un ejército de Ultramarines.

Marchamos por Macragge, marchamos por Calth.

3 comentarios:

  1. Yo, ahora mismo, voy por un poco menos de la mitad del libro y tengo que decir que me esta pareciendo brutal la imagen que da Dan Abnett de ellos.

    Si tuviese que definir a los ultramarines tal y como aparecen en el libro en una palabra, elegiría meticulosos. Son orgullosos como los ponen en todos los libros, pero son orgullosos debido a que llevan esa meticulosidad para todas sus acciones, ven que el resto de legiones no sigue esa linea de acción y las critican por ello.

    La verdad es que Abnett cada vez que toca una legión, la engrandece.

    Bueno, voy a seguir a ver si remato el libro...

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  2. Espero que te guste. Yo lo que lamento es que a efectos de codex no se refleje la capacidad de organización y meticulosidad que tienen los Ultramarines,una renovación tampoco vendría mal a mi juicio. En la disciplina y capacidad de observación es donde reside su fuerza, como dice Guilliam la información es imprescindible y con desprecios y prejuicios sobre el adversario, como hacen otras Legiones no se consigue la suficiente para contrarrestar al enemigo.

    Que disfrutes la lectura, un saludo.

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  3. Y yo todavía por el 6º libro de la herejía.... A este paso llegaré a este libro en el 40º milenio jeje.

    Leyendo tu relato me has puesto los dientes largos y has hecho que odie un poquito más al Caos ;)

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