sábado, 24 de noviembre de 2012

Valoración: Cazador de Almas 1ª parte AdN

El cazador de almas es una novela que nos muestra el espíritu de una de las Legiones Traidoras: Los Amos de la Noche.

Francamente os puedo resumir la novela, como dijo Jesulín, en dos palabras. Im Presionante.

De la mano del personaje principal, Talos, se no da muestra del funcionamiento de una de las Legiones Traidoras así como su evolución sufrido en la guerra eterna, su deterioro y desgaste y sobretodo el frágil hilo del que depende su moral y orgullo.

Son muchas cosas, a mi juicio, interesantes las que se desprenden de su lectura y tratare de enumerar brevemente las que más me han llamado la atención:

Primeramente, el hecho de que los marines o las legiones, estén bajo el efecto de la disformidad no quiere decir que sus voluntades estén totalmente corruptas y todos sean unos degenerados sanguinarios. Lógicamente son guerreros, y como tales son violentos, pero el espíritu de los Amos de la Noche no es el derramamiento de sangre en sí, ni la podredumbre del universo, ni los placeres ocultos o la transformación radical del entorno, sino que combaten contra el Imperio porque está levantado sobre un pilar que es falso, pues el Emperador no es un Dios. Aquí os dejo una frase que dice Talos en uno de los capítulos: - Le he visto varias veces en el pasado, puede que no fuese un hombre, pero no era un Dios -

Segundo, quien haya leído la Herejía de Horus va a disfrutar mucho de esta novela porque presentan al fallecido primarca Konrad Cruze, o su verdadero nombre y como le conocen en su mundo Nostramo, el Acechante Nocturno.Entenderemos porque se unen a la herejía, y es que los Amos de la noche, no son un capítulo osuro y convertido en sí (como pasa con los portadores, los hijos del emperador o los devoradores...) sino son unos justicieros.
Konrad me recuerda a batman (salvando las distancias), ya que el al contrario de sus hermanos, no era un líder nato de masas sino un justiciero, sanguinario y brutal, pero que siempre se movía por un férreo sentido del deber de defender al débil e inocente y destruir (literalmente) al corrupto. Cuando un personaje así, se da cuenta de que el Imperio, que su padre a creado y que toda la sangre vertida para hacerlo no son más que patrañas y mentiras, os podéis imaginar cual es la opción que le queda al primarca.
Esto implica también que renieguen de la corrupción del Caos y entiendo porque en Itsvan cuando Konrad salva a Lorgar de su enfrentamiento con Corax, se muestra el profundo desprecio hacia su hermano y sus hijos.
Eso si, uno no puede estar alrededor del fuego y no sentir calor, por eso el poder del Caos y la disformidad deja profundas huellas en la Legión, aunque en unos marines más que en otros.

Otra visión muy interesante es la que dan los personajes humanos que conviven con lo que queda de la Legión, totalmente erosionada y fragmentada por la guerra. Al contrario de lo que parecía, no todos son aduladores fanáticos del caos y es que la vida te lleva por sitios inesperados como le pasa a Septimus y a Octavia.

Por último nos presenta la relación de los Amos con otras Legiones, en especial la Legión Negra, del señor supremo del caos Abaddon el Saqueador, esta a su vez compuesta por un conglomerado de partidas de otras legiones (y de los hijos de Horus claro) además de los marines renegados, la nueva sangre de la que se nutre la legión y por supuesto los cultistas, que en muchos casos es más la obligación del momento la que les lleva a estar bajo las órdenes de los poderes siniestros.

En resumen, un libro buenísimo que os recomiendo encarecidamente.

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